Desde muy joven he tenido claro cual es mi pasión: la conducta humana; Entender por qué una persona sufre tanto por una situación en la que otra ni siquiera se altera; Que nos mueve a cada ser humano para seguir avanzando..., para lograr nuestros sueños o abandonarlos en el camino; Cómo cada uno de nosotros decidimos, resolvemos, elegimos y sentimos......

 

Con el objetivo claro de mi vocación me licencié en Psicología Clínica en la Universidad de Deusto, y después realicé un Master en Salud Mental y Técnicas Psicoterapeúticas en el Hospital de Basurto organizado por la misma universidad, acompañado de una experiencia de dos años en un Hospital de Día con un grupo de psicóticos.

Por determinadas circunstancias personales, doy un giro en este camino casi recién comenzado, y empiezo una nueva actividad laboral en el ámbito de los Recursos Humanos. De esta forma desarrollo una experiencia de casi trece años en el campo de la Selección de Personal y la Consultoría de RRHH.

En el ámbito de los RRHH me llega por muchas vías información diversa sobre el Coaching. Y empiezo a vislumbrar la posibilidad de dar un nuevo giro a mi trayectoria profesional y así retomar mi vocación por la asistencia y el acompañamiento a personas.

En el año 2010 me certifico en la Escuela Europea de Coaching cómo Coach Profesional por ICF y desde entonces no me he desviado de este apasionante camino.  Acompañar a las personas a realizar o sobrellevar un cambio importante en sus vidas, asistirles en su propio auto descubrimiento, ayudarles en una reorientación profesional, ...., en definitiva, acompañarles a ser un poco más felices, es para mi la actividad más gratificante a la que me puedo dedicar.

 

He relatado mi trayectoria de forma que parece haber sido un camino sencillo y fluido, y nada mas lejos. Ha habido muy buenos momentos enriquecedores, valiosos aprendizajes, compañeros convertidos en grandes amigos, y también relaciones laborales complicadas, situaciones adversas, tristeza y mucho miedo a la hora de tomar decisiones, un miedo paralizador y frustrante con el que construia miles de justificaciones y argumentos para seguir como estaba.

 

Con el tiempo he aprendido que solo de nosotros mismos depende cambiar nuestras circunstancias, que casi todos nuestros temores son mayores en nuestra mente que en la realidad,  y que las oportunidades solo surgen a raiz de los cambios que realizamos.