"La experiencia no es lo que nos ocurre,
sino lo que hacemos con lo que nos ocurre" Aldous Huxley
En todas las experiencias de acompañamiento a personas he comprobado el gran poder que tiene la Escucha y la Conversación a la hora de ayudar en la propia reflexión y autoconocimiento; Y cómo podemos cambiar nuestras emociones y sentimientos, según como miremos y como nos contemos a nosotros mismos las cosas que nos suceden.
Convertirme en la persona que quiero ser
A lo largo de nuestra vida hay ocasiones en las que nos sentimos como ajenos a nosotros mismos. He escuchado mas de una vez la frase "es que me parece que estoy viviendo una vida que no me corresponde", "a veces siento estar viviendo la vida de otra persona" o "me parece estar viviendo solo para los demás"
Muchas veces nos sentimos arrastrados por la corriente, por las circunstancias, y es importante tomar consciencia de ello para empezar a construir nuestra vida tal cómo nosotros queremos que sea, de forma coherente con nuestros valores y sentimientos.
La Felicidad es la tranquilidad que se siente cuando tengo la certeza de estar recorriendo el camino que uno/a mismo/a ha elegido. Aquel camino que tiene sentido para mi.
Se trata de la serenidad que produce el saber que no estoy perdido/a.
¿Cuanta importancia le das a tus relaciones personales?
Un día una amiga sabia me dijo "Al final la vida se compone de las conversaciones que tenemos..."
Y no he olvidado esta idea porque creo que nuestra calidad de vida depende en gran medida de nuestras relaciones personales, y éstas de las conversaciones que las construyen.
Conversaciones de pareja, con los hijos, las profesionales, con los colaboradores, con el jefe, con nuestros amigos mas intimos..., y todas ellas construyen nuestra realidad cada día.
"Cuida bien tu presente porque en el vivirás el resto
de tu vida"
Facundo Cabral
No vemos el mundo como es, vemos el mundo como somos
“La curiosa paradoja es que cuando me acepto tal cual soy, entonces, puedo cambiar”
Carl Rogers
Tu tienes mucho que ver con el diseño de tu propio futuro
¿Has tenido alguna vez la tentación de VIVIR?
Francesc Miralles en su libro “Un Haiku para Alicia” nos pregunta “¿Has tenido alguna vez la tentación de VIVIR? Y no digo vivir como quien dice “la vida es así”; me refiero a VIVIR con letras mayúsculas más allá de la rutina (de la deseada), más allá del “qué le vamos a hacer”.
No quiero pasar por el mundo de puntillas - mañana, tarde, noche, mañana; de Lunes a Viernes pero Sabado fiesta; comer, beber, trabajar y dormir -
Por si me quieres acompañar te repetiré la pregunta ¿Has tenido alguna vez la tentación de VIVIR?”
Desde el Coaching proponemos a las personas ser protagonistas de sus propias vidas, ser los conductores y los que llevan las riendas.
Descubrir de cuantas circunstancias que nos rodean somos responsables y cuantas de ellas tenemos el poder de modificar. Elegir cuales quiero cambiar y cuales quiero aceptar, elegir la forma de vida (en continuo cambio y evolución…) que me da paz y satisfacción.
Para alcanzar este equilibrio tan deseado San Francisco de Asís rogaba:
“Señor, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que si puedo y sabiduría para poder diferenciarlas”
Coaching
El Coaching es el arte de hacer preguntas que te ayudará a explorar nuevas vías de actuación, para mejorar tu calidad de vida personal y profesional.
El coach no propone soluciones sino que sostiene el reto que te planteas. Entendiendo como retos aquellos nuevos objetivos que te llevarán a convertirte en la persona que deseas ser. Mediante este proceso profundizas en tu auto-conocimiento, aumentas tu rendimiento y tu potencial, mejorando tu calidad de vida.
Descubrirás cuáles son tus creencias limitantes, tomarás consciencia de tus puntos fuertes, y reconocerás los condicionamientos familiares, sociales, que pueden estar limitándote.
Consiste en un proceso de autoconocimiento muy potente a través del cual podemos desarrollar nuestro mayor potencial (de forma continua, sin limites....)
¿Cual es mi propósito en la vida?
¿Para qué me estoy esforzando tanto? ¿Cuál es mi propósito? Casi todos nos planteamos estas preguntas en un momento u otro de la vida, a veces con una actitud tranquila y reflexiva, pero otras veces angustiados por la incertidumbre.
Son preguntas muy antiguas, que el hombre se ha planteado durante siglos, y que debemos preguntarnos y respondernos por nosotros mismos.
No siempre es fácil encontrar una respuesta solida a estas preguntas. Hay personas que encuentran su motor vital en el desarrollo profesional, otras en ganar mucho dinero, otras en ayudar a los demás, otras en ocuparse de una familia o unos hijos... Y en la gran mayoria de los casos son propositos temporales.
La necesidad de dar respuesta a la insatisfacción, a la propia razón de la existencia, es tan vieja como la humanidad, y creo que una clave importante es conocernos a nosotros mismos en profundidad para descubrir cual es nuestro verdadero compromiso en la vida.
Cuando vencemos el miedo
Muchas veces nos encontramos ante problemas o situaciones negativas difíciles de resolver. Y a menudo nos resignamos ante el sufrimiento y lo asumimos como algo inevitable.
¿Cuándo ocurre algo diferente?
¿Cuándo decidimos eliminar de nuestra vida ese sufrimiento?
¿Es cuándo SI creemos que nos merecemos estar mejor?
¿Cuándo nos sentimos por fin capaces?
¿Cuándo ese sufrimiento está transformando nuestra vida diaria y también nuestro carácter?
¿Es cuando el sufrimiento es mayor que el miedo?
Lo que es seguro, es que cuando vamos a por ello, cuando decidimos ser más fuertes que nuestro propio miedo, descubrimos en nosotros mismos una convicción, una capacidad y una fuerza que no conocíamos (o no recordábamos) y nos reconocemos invencibles.
"Nunca sabes cuan fuerte eres, hasta que ser fuerte es la única elección que tienes.
Y cuando esto sucede, eres intocable"
Chuck Palahniuk
¿Cuánto nos influye nuestro Inconsciente?
La mayor parte del tiempo creemos que somos dueños de nuestros actos, que somos nosotros quienes decidimos hacia dónde orientar nuestra vida o qué decisiones tomar. Sin embargo, en dicho proceso actúa una parte de nuestro cerebro que no siempre tenemos en cuenta, pero que habitualmente pesa mucho más en nuestras decisiones, emociones y sentimientos. Se trata del Inconsciente. ¿Cuántas veces nos encontramos a nosotros mismos realizando conductas a las que no les vemos sentido? ¿O dejando de hacer otras? ¿Cuántas veces nos hemos sorprendido diciendo algo que creemos que no queríamos decir?
En el momento que somos capaces de acceder a nuestra personalidad inconsciente aumentamos nuestro propio autoconocimiento y nos aceptarnos de una manera mucho más completa. Nos volvemos más comprensivos con nosotros mismos y también con los demás. Este trabajo nos permite encauzar adecuadamente las emociones negativas, liberarnos del sentimiento de culpa que a veces sentimos, y a la vez descubrimos valiosas capacidades ocultas (nuestro potencial inconsciente). El camino hacia la plenitud también nos obliga a aceptar las cosas que nos extrañan o desagradan de nosotros mismos y de los demás.
En definitiva, cuando llegamos a conocer parte de nuestro Inconsciente crecemos y expandimos nuestra identidad. Nos convertimos en seres más completos y más libres.
“Lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino”
C.G. JUNG
El Inconsciente opera en nuestra conducta diaria y en nuestro discurso lingüístico de forma continua. Tanto es así, que podríamos llegar a decir que nuestra vida está determinada por nuestro Inconsciente. Poseemos creencias inconscientes que determinan nuestros pensamientos; prioridades inconscientes que determinan nuestras decisiones, y compromisos inconscientes que determinan nuestras conductas. Dicho de otra forma, se puede decir que el Inconsciente decide por nosotros en algunas ocasiones, quizá más de las que pensamos y de las que nos gustaría.
Las personas podemos acceder a este contenido mental, con dificultad y esfuerzo, a través de la terapia u otros procesos de revisión personal. En el solemos descubrir deseos, instintos y recuerdos que hemos ido reprimiendo a lo largo de nuestra vida a causa de nuestras valoraciones morales (adquiridas, heredadas, aprendidas…)